Empresas de moda durante el Covid19
Es evidente como la moda siendo parte de una industria debe de cambiar dependiendo del estilo de vida del consumidor. En este caso, todos compartimos el dolor de las consecuencias de la pandemia COVID19 que ha llegado a cada una de nuestras fronteras creando una situación de alarma en todo el mundo.
Ahora ¿Cómo ha afectado específicamente el Coronavirus a la moda? En esta entrada Alldahi Studio te responde muchas de tus dudas.
Grandes perdidas en la cadena de suministro
Es costumbre en la industria textil que las marcas no paguen por una producción hasta semanas o meses después que están entregadas las piezas; por ende, las fabricas deben de hacer un gasto previo en empleados, materiales, etc. Por tanto, el impacto negativo del COVID ha sido en efecto domino.
Primero las empresas de moda fueron de las menos necesitadas por el consumidor al no ser un producto primario; razón por la que muchas empresas minoristas tuvieron que declarase en quiebra y las demás sufrieron bajas en las ventas, quedándose con mucho stock acumulado. Como consecuencia las empresas de moda se han visto obligadas en cancelar los pedidos, lo que es entendible. Sin dejar de mencionar que muchas han decidido cancelar el pedido ya cuando los trabajos están listos; irresponsablemente, sin tener en cuenta las consecuencias económicas y humanas de esta situación en las fabricas de los proveedores.
Debido a este problema, muchos dueños de fabricas procedieron a destruir mercancía, retener bienes y despedir a sus trabajadores en masa. Estos tampoco tomaron en cuenta el impacto humano y social que iba a resultar de esta decisión. Convirtiendo este en un tema social entre: empresas, gobiernos, trabajadores, etc.
Entendiendo las perdidas de los comerciantes, no se puede negar que la pausa inesperada debido al coronavirus ha sido especialmente corrosiva para las personas más vulnerabilizadas de la cadena de suministros. Quienes se quedaron sin empleo o con un salario que no les permite defenderse de la pandemia.
Áreas de crecimiento en las ventas
A pesar de los impactos financieros y sociales que mencionamos anteriormente, han surgido nuevas categorías de indumentarias.
En Asia las mascaras faciales ya eran populares; las personas la usaban a diario por razones de protección en contra de la contaminación, los alérgenos y por responsabilidad de proteger a los demás. Sin embargo; las mascaras faciales durante el COVID19 han sido tendencia, como una declaración de moda durante la pandemia. Como también; han subido las ventas en los artículos de ropa más cómodos, gracias a la necesidad de trabajar desde casa.
Como resultado las celebridades e influencers han sido protagonistas vistiendo ropa cómoda y protegidos con sus mascarillas o respiradores N95. Siendo Naomi Campbell una de las figuras a resaltar de la tendencia llamada “Antiviral Fashion o Anti-Viral Leisure”. Tendencia la cual muchos esperan que se extienda hasta un tiempo después que pase la pandemia.
Otro dato para mencionar; es que a pesar de que las ventas físicas han disminuido, muchos países han registrado un incremento de vetas en un 40% gracias a las ventas online. Ya que los consumidores están buscando los productos en línea al no poder salir de sus casas con seguridad. De mostrando la importancia del buen uso de las redes sociales y del e-commerce.
En el caso de Latinoamérica; si se ha registrado una caída importante, debido a que muchos de los consumidores aún no están acostumbrados a la compra online de piezas relacionadas a la moda.
El “después de la crisis” para las empresas de modas
En la época del coronavirus la sociedad se ha visto descubierta frente a factores relacionados con el medio ambiente, la ética y la desigualdad social. Razón por la cual el consumidor post-COVID será mas selectivo a la hora de elegir y las empresas serán juzgadas por como han actuado en las diferentes situaciones presentadas durante de la crisis pandémica.
Hace tiempo que la moda ha reconocido su posición como “la industria más contaminante del mundo”; por esto se creo la Sustainable Apparel Coalition (SAC) , para impulsar cambios positivos en respecto a estas problemáticas. Pero estos cambios han sido demasiado lentos, dejando a la industria textil rezagada en un sistema que esta sustentado en la contaminación y la explotación de personas en países en vía de desarrollo. Lo cual se ha dado a resaltar negativamente en la pandemia.
Debido a esto más empresas deberán empezar a integrar la sostenibilidad en todas las estrategias empresariales; además de obligarse a la transparencia en su cadena de suministro y responsabilidad social, como papel central y no siendo estos elementos opcionales para las marcas de moda.
El “después de la crisis” para el consumidor
Luego de cada época oscura, se encuentra la luz al final del túnel. Razón por la cual se espera una actitud optimista enfocada a cambios positivos de parte del consumidor. Esta actitud va a ocasionar tendencias que reflejen la vida, la libertad y el agradecimiento a la salud.
Dicho esto, habrá más conciencia del “fast fashion”; por ende, mas interés en comprar solo los productos esenciales y ser creativos con las ropas que ya tienen. Lo cual va a abrir más el camino al “Slow fashion”.
La industria textil es cambiante e infinita. No muere, evoluciona. Esta en cada uno de los profesionales y consumidores de moda el camino que esta vaya a tomar en el futuro.